martes, 4 de diciembre de 2012

Artículo-Carta a Carlos Saladrigas

Hace unos días me encontré con el exitoso empresario cubano Carlos Saladrigas. En 37 minutos, el tiempo que duró nuestro almuerzo de trabajo, le trasmití todo lo concerniente al Plebiscito Nacional Cubano, una consulta en las urnas sobre la soberanía ciudadana, secuestrada durante cinco décadas por un grupito de octogenarios dirigentes castristas.  

El encuentro fue resultado de mi insistente solicitud a conversar sobre este plan plebiscitario. En reiteradas ocasiones le procuré a través de mensajes a su correo electrónico, le envié SMS a su celular y le remití una serie de trabajos acerca de nuestra labor plebiscitaria diciéndole hasta donde hemos llegado y el camino que falta por recorrer.

Desde el primer minuto, el conversatorio fue vertiginoso y profundo. Gentilmente se  interesó sobre mí pasado oposicionista: de qué si era de los prisioneros de la Primavera Negra, de si pertenecí al Movimiento Cristiano Liberación y otras inquietudes propias de alguien que debe haberse hecho varias preguntas sobre qué pretendo alcanzar personalmente con este  proyecto.

En ese interregno me trasladé al futuro y me vi escribiendo el pasaje de mis memorias, en el que relato que Saladrigas, al igual que el resto de los notables exiliados con los que me he entrevistado en mi campaña de reclutamiento, me ven como un bicho raro. Si supieran mis carísimos interlocutores que estoy dispuesto a parecer hasta una lechuza, ¡aleluya la lechuza!, con tal de que se entienda que es ahora o nunca nuestra hora de cambios.        

En ese instante noté también que la conversación se tornó un tanto “jorobada” y me quedó aquello de que en su cabeza no cabe el hecho de que esté promoviendo este proyecto plebiscitario sin tener el apoyo de los sectores poderosos del exilio.  Tal vez por eso es que tengo la impresión de que me vio como un oportunista o uno más de los que buscan su dinero o pretenden laborar en alguna de sus agencias empleadoras.

Le dije que el plan plebiscitario nació hace más de 20 años y que evolucionó en la medida que evolucionaron las circunstancias políticas en Cuba y que podría ser decisivo en el proceso transicional cubano.  En los años 90 lancé la idea de plebiscitar la figura de Fidel Castro tomando de ejemplo el plebiscito al que se sometió el extinto dictador chileno Augusto Pinochet.

Que soy autor del “Plan Piloto Mini Referendo del Proyecto Varela”, presentado al Comité Gestor del Proyecto Varela en 2002, tras el referendo castrista que “inhabilitó” la iniciativa de ley al blindar políticamente la Constitución, y que el desaparecido Oswaldo Payá lo desestimó porque no le pareció necesario. Lo que realmente pasó es que como no salió de su cabeza no le prestó la debida atención.

Que a través del Plebiscito Nacional Cubano se establecerá una Asamblea Constituyente que dote a la nación cubana de una Constitución democrática. Las preguntas y respuestas de la consulta ciudadana son:

-¿Los cubanos tienen derecho de reformar la Constitución? SÍ y NO
-¿Estás de acuerdo en reformar los artículos 3 y 5 Capítulo I de la Constitución actual? SÍ y NO
-¿Estaría de acuerdo en constituir una Asamblea Constituyente para dotar al país de una Constitución que refrende las libertades ciudadanas y la contribución al bien común de la nación? SÍ y NO

Este proyecto lo di a conocer el 17 de diciembre de 2010, en la ciudad española de Valencia, en el Seminario Cuba: Vísperas de Libertad, auspiciado por el Gobierno de la Comunidad Valenciana y la Fundación Hispano Cubana.

Le comenté que si Dios y la Virgen quieren el próximo mes de diciembre fundaría la Plataforma Ciudadana por el Plebiscito Nacional Cubano, la entidad que llevará a cabo el proyecto reformador y que cambiará radicalmente la estrategia en la Lucha Cívica No-Violenta Cubana.

La Plataforma Ciudadana está llamada a concertar la oposición democrática dándole un impulso al proceso democratizador de la sociedad cubana ya que las organizaciones se pueden  adherir a esta entidad o adoptar el plan renovador.

Y para que no quede aquello de que la Plataforma pretende personalizar y monopolizar el espectro oposicionista criollo porque podría ser nefasto a nuestro propósito renovador le comuniqué que se integra a grupos, formaciones políticas y cuantas entidades la acepten en su seno en aras de cumplir con sus altísimos propósitos. Queremos demostrar que la unidad de la oposición cubana solo puede ser posible mediante la participación conjunta en proyectos dirigidos a transformar el componente político del régimen.

Este proyecto necesita recursos urgentemente a fin de dinamizar la campaña plebiscitar el castrismo, la iniciativa precursora del proyecto que procura que 4 millones de personas anulen la boleta electoral en las votaciones del 24 de febrero del 2013 cuando se renuevan las Asambleas Provinciales y la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Qué lograríamos con la anulación de las boletas? Primeramente computar los deseos de cambio de la población y posteriormente instrumentar la consulta ciudadana como está prevista.

Por cierto, las recién finalizadas elecciones municipales del Poder Popular en Cuba sirvieron para comprobar, una vez más, cómo  la población sigue manifestando su descontento al régimen. Tanto es así que 1 161 430 personas votaron en blanco o anularon la boleta electoral castigando al candidato castrista, pilar sobre el que se sostiene la dictadura. Estos resultados no son obra de la casualidad ni de la espontaneidad, sino de un trabajo concienzudo y constante que hemos venido haciendo hace mucho tiempo porque creemos que es posible el cambio democrático en nuestra patria desde la acción social y cultural.

(Entre paréntesis, le remito el correo electrónico de Fidel Castro f_castro@one.gov.cu, el más relevante entre los miles de direcciones electrónicas que poseemos. Por esta vía lograremos que miles de personas sepan de nuestro llamado.

Sépase que estamos en el umbral de grandes acontecimientos y este proyecto constituye un catalizador de la problemática nacional.

Le referí que me propongo “empoderar” a los cubanos mediante el Programa de Empoderamiento Ciudadano para Cuba (Proyecto Ciudadano Cubano), puesto en práctica el 22 de abril de 2’’9, y llevar a cabo iniciativas acordes a los tiempos actuales.

El forzado “perfil bajo” se acabó. Ahora que estoy en Miami no va haber aquello de que nadie nos ningunee ni quiera utilizar nuestro capital político para sacar provecho a su favor.

Le propuse que me gustaría que fuese uno de nuestros consultores y me informó que no puede dar un paso sin antes tener la autorización de sus amigos del Cuban Study Group.

Es usted, compatriota Saladrigas, nuestro embajador ante el empresariado cubanoamericano. Acepte nuestra encomienda y dígales a sus colegas que los necesitamos ahora. Envíennos una contribución inicial, así como, facilítennos un medio de transporte y un local donde podamos operar ampliamente. La cuestión es apremiante, por lo que espero no nos fallen.

Aprovecho la ocasión para dirigir este mensaje también a otros posibles plenipotenciarios en el plano político, como son los ilustres Carlos Alberto Montaner, Rodolfo Nodal – Tarafa, Armando Valladares y Lincoln Diaz-Balart, los que pueden sentirse convocados al cuerpo diplomático plataformista. La voz de Cuba tiene que oírse fuertemente en la ONU, en el Consejo de los Derechos Humanos, en la Unión Europea y en el Gobierno de los EE.UU..
         
La doctrina Putin está hecha para que países como Cuba giren alrededor de los nuevos zares rusos o podría darse el caso, el más probable, que Cuba rote en la órbita china cuando ésta se haga cargo de la hipoteca insular. Nada, que podría ser o no así pero todo depende de nuestras decisiones e irresolutas determinaciones.    

POSDATA:

No reciba mis palabras cómo un emplazamiento a su persona. Discúlpeme si le ofendido o he sido descortés e inoportuno, no fue mi intensión.

A los interesados en el proyecto pueden contactarme a través de: Teléfono: 305 490 3574, E- mail: pepinperiodista2011@gmail.com

José Gabriel Ramón Castillo
Gestor y promotor del Plebiscito Nacional Cubano

Fuente: Ciudadanos Cuba, Artículo-Carta a Carlos Saladrigas

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