domingo, 4 de septiembre de 2011
La moratoria represiva, primer paso en el proceso reconciliatorio cubano
El postulado de Fidel Castro sobre cómo enfrentar al adversario interno está de forma permanente en la actuación gubernamental al tratar la problemática cubana en forma de contingencia política.
La propaganda oficial, basada en el dolo y el encanto, convierte al victimario en víctima y es así como el aparato represivo castiga a los opositores tras la preparación del escenario coercitivo. Deberían saber los que "no matan pero dejan matar", como dijera Ortega y Gasset, que comenten el mayor crimen.
En contra de Cuba no hay campaña mediática alguna, todo lo contrario, Cuba, el Régimen, más específicamente, el Departamento de Orientación Revolucionaria, DOR, ha hecho un montaje propagandístico a fin de distorsionar la conciencia ciudadana y seguir el plan incriminatorio contra los luchadores pacíficos.
Las manifestaciones y las represiones ocurridas recientemente y otros sucesos de esta naturaleza acontecidos en meses y años anteriores, no se han inventado en Miami ni muchos menos en Madrid, han ocurrido de verdad y son hechos que no se pueden cuestionar propagandísticamente.
El mundo entero ha visto como cuatro mujeres enarbolaron una tela con consignas antigubernamentales y pedían libertad para Cuba en el emblemático Capitolio Nacional.
También se vio y escuchó el cacerolazo de dos valerosas activistas en las afueras de un mercado donde supuestamente se vende alimentos al alcance de todos.
Las imágenes de la represión violenta contra miembros de la Unión Patriótica de Cuba han recorrido el planeta y las personas se preguntan por qué ocurren estos hechos en Cuba.
Durante cinco fines de semanas consecutivos las Damas de Blanco y de Apoyo de un pueblo lejano en la región oriental han sido reprimidas al dirigirse a la catedral de Santiago de Cuba a participar en la misa dominical a pedir por la libertad de los presos políticos que quedan en las cárceles cubanas.
A la luz de estos sucesos, por lo menos 65 hombres y mujeres fueron detenidos y muchas de estas personas se encuentran todavía en las mazmorras de la Seguridad del Estado en la capital indómita.
El Centro de Operaciones Penales de los cuerpos represivos del Régimen en Santiago de Cuba, más conocido por "Todo el mundo canta", es un lugar tenebroso donde los interrogadores aplican terribles métodos represivos para amedrentar a los opositores y obtener una declaración de inculpabilidad. Tanto es así que los detenidos en los últimos días han sido maltratados psicológica y físicamente y fueron amenazados con largas condenas si no abandonan la actividad opositora.
Los llamados “Zapatos de Manacho” y el “Perro sin Diente", los primeros un par de botas de plomos de más de 100 libras, con el que calzan a los detenidos y el último un enorme doberman sin dentadura, han sido anunciados de que volverán a emplearse en los interrogatorios.
Los voceros de la Dictadura niegan éstos y otros hechos represivos. Pero no hay peor ciego que el que no quiere ver ni peor sordo que el que no quiere oír.
Hasta ahora, las manifestaciones no son masivas. Y no lo son por el temor de la población a la brutalidad policíaca. Pero si esta situación no cambia ocurrirán en un futuro no muy lejano cuanto muchos líderes opositores asumen el desafío cívico abiertamente. Entonces, qué dirán los seguidores de los Castros: Qué con Fidel al frente eso nunca hubiera sucedido o que Raúl se equivocó. ¿En qué se equivocó? Ni Fidel ni Raúl, ni el que le suceda, van impedir los cambios. La Fuerza de Gravedad Política, entendida en el acontecimiento histórico de la toma de conciencia de los cubanos en decidir sus propios destinos, traerá las transformaciones democráticas en Cuba. Sin embargo, preocupa sobremanera que se pregone a ultranza la defensa de un proyecto político fracasado y se enaltezca el terrorismo de Estado.
La represión en Cuba debe terminar y dar lugar a una moratoria represiva que ponga fin a un capítulo oprobioso en la historia nacional. No es una cuestión coyuntural para ganar tiempo, de un lado ni de otro, sino una perentoria necesidad para solucionar los múltiples y disímiles problemas acumulados en los 52 años de desentendimiento nacional.
La moratoria represiva conlleva a reconocimientos recíprocos, implica compromisos mutuos; entender que no se gobierna ni se lucha para un grupo selecto, sino para toda la nación. Mañana mismo, puede ser decretada sólo hay que tener voluntad política y comprender que cuando más se esté aferrado al poder y se actué desproporcionalmente, más lejos se encuentra el gobernante de su pueblo.
Cuba está abocada a un proceso reconciliatorio entre los factores humanos y sociales de la Nación, en el que cada cubano de su aporte de acuerdo a las perspectivas que tiene de los cambios y evitar de esa manera un desenlace violento.
Entre abrojos y espinas, los cubanos escalan peldaño a peldaño las majestuosas cumbres de la magnificencia humana. Están convencidos de que la hora ya llegó y van a dar lo mejor de sí mismos para cambiar la bochornosa realidad en la que viven.
Nadie está dispuesto a perder ni un minuto ni dejará de participar en esta encomiable empresa.
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