El entonces gobernante Fidel Castro presentó a Su Santidad un pueblo supuestamente conforme con el sistema político siendo desmentido públicamente en la Plaza Antonio Maceo por el obispo Pedro Meurice cuando se refirió a la despersonalización que había sufrido el cubano al confundir la patria con un partido, la nación con el proceso histórico vivido en las últimas décadas y la cultura con una ideología.
La obtención del respaldo popular está continuamente en los despropósitos políticos del régimen, que ha llegado al punto de proclamar la irreversibilidad del orden político en la isla.
Históricamente está demostrado que el abstencionismo no le causa daño al régimen, todo lo contrario, lo consolida en el poder.
El abstencionismo funciona solamente sabiéndose de antemano que no saldría reelecto el candidato que pudiera proponerse, como podría suceder si se plantease la reelección permanente del gobernante Raúl Castro en un plebiscito eleccionario.
Se sabe perfectamente que la impotencia política, arraigada en la población, es el mayor obstáculo que tienen los cubanos en el camino a la democratización de la sociedad cubana cuanto no son pocos los que creen que lo que se haga no sirve de nada.
Se sabe también que el régimen trabaja arduamente en una nueva constitución, que consolide eternamente al Partido Comunista en el poder por lo que no se puede dejar libre el camino para la reestructuración del sistema.
El Movimiento No--Violento Cubano tiene la encomiable tarea de reconstruir la esfera pública a través de canales emergentes de participación ciudadana para actuar directamente en la transformación del componente político del sistema.
En reiteradas ocasiones, la Plataforma Ciudadana por el Plebiscito Nacional Cubano o Plebiscito Constitucional de Cuba ha dicho que el marco electoral es el apropiado para protestar civilizadamente y que temprano o tarde el régimen tendrá que atender los reclamos de la ciudadanía.
Participar en las votaciones no es un modo de legitimar al régimen, ni hacerle el juego, sino el escenario propicio para castigar al candidato castrista, pilar sobre el que se sostiene la dictadura, y profundizar en el cuestionamiento a fondo del sistema político, blindado ideológicamente por los Articulo 3 y 137 de la Constitución.
Las estadísticas indican que hay antecedentes de que en Cuba pudiera producirse masivamente una desobediencia en las urnas, de ahí la idea de pedirle a los ciudadanos cubanos residentes en la isla de que participen en los comicios del próximo 19 y 26 de abril (primera y segunda vuelta), en el que elegirán los delegados a las asambleas municipales del Poder Popular, para darle una respuesta contundente al régimen castrista anulando la boleta electoral y luego participar en el escrutinio de los votos a fin de denunciar las maniobras de los castristas para mantenerse en el poder.
En las votaciones del 2012--2013, la Plataforma Ciudadana por el Plebiscito Nacional Cubano planteó esta idea y de una manera u otra más de un millón de personas demostraron su inconformidad con el régimen no yendo a los colegios electorales, dejando en blanco o anulando la boleta electoral.
Conociéndose esta situación la plataforma Ciudadana por el Plebiscito Nacional Cubano (Plebiscito Constitucional de Cuba) llama ahora a todos los cubanos a actuar mancomunada y resolutivamente y aprovechar el escenario electoral para dar una respuesta contundente al régimen que conculca las libertades y los derechos humanos de los cubanos.
Demos un paso más en el camino a la libertad y la democracia. Incorpórate cubano a la idea de plebiscitar el castrismo mediante la desobediencia civil en las urnas
En Miami a los 6 días del mes de enero 2015.
Licenciado José Gabriel Ramón Castillo
Presidente
Plataforma Ciudadana por el Plebiscito Nacional Cubano
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